viernes, 26 de diciembre de 2014

Pingüino: Dolor y Prejuicio

En muchas historias, tanto en cómics como en libros, la infancia solo sirve para explicar los traumas del personaje o su reacción hacia algo muy concreto. Sin embargo, en Dolor y Prejuicio aprendemos no solo el porqué de la obsesión del villano con las aves, de sus dotes de inventor o de su comportamiento antisocial. Descubrimos los motivos por los que persigue el lujo; la razón por la que se muestra tan cruel como generoso; el origen de su sadismo, más parecido a una venganza eterna que a una respuesta visceral; el modo de interactuar con las distintas personalidades que se cruzan en su vida. Es un retrato simple pero complejo al mismo tiempo: simple porque no se pierde en detalles irrelevantes, va al grano sin perder la perspectiva de lo que quiere contar; complejo porque va más allá del trauma que le hace vestirse de traje y abrazar la identidad de un pájaro torpe e inofensivo, adentrándose con paso decidido en la infancia del villano para explicar por qué se comporta como lo hace en todos los aspectos.

El núcleo de la historia gira en torno a la relación del Pingüino con su madre, y como tras un importante momento de transición sus afectos son dirigidos hacia otra persona. Esto me lleva al siguiente punto de análisis: la relación del Pingüino con las mujeres. Los lectores recordarán al villano como un hombre que convierte a las damas en objetos para su lucimiento: cuando se le imagina con una fémina del brazo, esta casi siempre es una… bueno, edecán. Es novedoso ver al Pingüino en una relación que va más allá de tratar a la mujer como a un ornamento… aunque por desgracia, esta parte de la trama cae en varios tópicos, empezando por materializar el concepto de “amor ciego” de un modo previsible y acabando con el todavía más previsible final trágico....

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.